Si bien tu propósito marcará el porqué de todas tus acciones como guía central en tu vida -y pudiera no tener un tiempo de expiración- el objetivo concreto que quieres lograr con tu marca personal debe ser tangible y tener un límite de control de tiempo.
¿Qué es un objetivo?
En el camino, un objetivo puede transformarse, o puede ser desechado y dar paso a otro, como resultado de la experiencia. Pero siempre será importante tener claro hacia dónde avanzamos, en lo personal y lo profesional. Qué es lo que quieres lograr de aquí en tres años, por ejemplo, sería un buen punto de partida aunque, si consideramos los tiempos actuales de pandemia, el plazo puede ser mucho menor, el contexto aprieta ahora más que nunca . Lo concreto es que, partiendo del objetivo, vas a desarrollar tu estrategia.
Varias de las acepciones que da la Real Academia Española al significado de “objetivo”, tienen referencia al campo militar. Ésta, por ejemplo, tiene una estructura sencilla, y suficiente para poder trasladarla a la gestión de la marca personal:
“Punto o zona que se pretende alcanzar u ocupar como resultado de una operación militar.”
Los criterios de la marca personal
Entonces, lo que debe quedar claro, con TODA tu disciplina posible, son estos criterios:
- Ser relevante para tu propósito: lo que vayas a definir como objetivo para tu marca personal, debe estar alineado a tu propósito, caso contrario estarás yendo por un camino hasta contrario a lo que te motiva tus días. Ten muy en cuenta esta parte porque no hay nada peor que esforzarse mucho por una meta y, al lograrla, darse cuenta de que hemos avanzado en automático, sin evaluar si, realmente, hemos llegado adonde queríamos.
- Ser tangible: Un objetivo es concreto, comprobable por ti y el grupo o grupos de personas que son importantes para el logro al que apuntas.
- Tener un plazo: Es importante que estimes un período realista de tiempo en el que podrás alcanzarlo. Así podrás llevar el control de tu avance o de aquello que te esté frenando para evaluar tus acciones y estrategia.
- Proyectar el esfuerzo necesario: Tienes que tener clarísimo lo que tendrás que invertir para llegar a tu objetivo. Y no me refiero a dinero necesariamente, pero sí al foco que tendrás que poner, algunas actividades que tendrás que dejar, hábitos que deberás abandonar y otros que tendrás que asumir.
Para tu marca personal en Internet, la disposición no solo a estar presente en una o más redes sociales sino a interactuar y compartir valor, será parte de un trabajo constante por el que deberías llegar a sentir pasión.
¿Cómo podemos asegurar la pasión? Haciendo que tu objetivo esté alineado al propósito. Este punto de partida es muy, muy importante.
El quinto criterio: definir tu propósito
¿Cómo definir tu propósito? Siguiendo las pautas de Simon Sinek, en su libro «Find your Why«, debes entender lo siguiente, y aquí el quinto criterio para tomar en cuenta.
Tu propósito en la vida no consiste en encontrar aquello que te hace feliz. La felicidad es un estado efímero, que puede traducirse en el logro o adquisición de algo. Esta necesidad es completamente válida, pero implica principalmente tu propia satisfacción, y sí puede depender de un objetivo puntual que, una vez logrado, pasara a uno siguiente para tu nueva satisfacción.
El propósito siempre alinea lo que te gusta, sabes hacer, quieres hacer, con darle felicidad o un beneficio/servicio a otras personas, una comunidad o a la sociedad. A diferencia de «ser feliz» como un hecho puntual, al tener una actividad sostenida en darle un beneficio a otros, y recibir probablemente el correspondiente agradecimiento, pasamos de la felicidad a la satisfacción que no será efímera, es más, puede ser reforzada siempre por la comunidad beneficiada.
Y algo más: el propósito puede ser para toda la vida, y podrá estar detrás de muchas acciones tuyas. Lo más importante es que trascenderás en el mundo y, realmente, dejarás una buena huella en él.
Este Café fue publicado originalmente en la versión de nuestro blog en el Diario Gestión.
Su primer rumbo fue el de la ingeniería y, aunque cambió de dirección hacia su verdadera pasión, la publicidad, el aprendizaje en las aulas de Estudios Generales Ciencias de la PUCP fue clave para su trabajo en estrategias.
En 1997 se gradúa como publicista en el IPP, y luego decide terminar también su carrera universitaria como comunicador en la PUCP (2001). Trabajó en tan diversas áreas de la comunicación que la mejor manera de integrarlas fue a través de un máster en Dirección de Comunicación en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (2007), donde desarrolló aún más sus habilidades de interacción con diferentes públicos.
Tras su experiencia como Director Online en Llorente & Cuenca, y Jefe del Canal Virtual de Claro Perú -puestos a los que llegó por el trabajo en su blog, CAFÉ TAIPÁ- decidió lanzar su propia consultoría desde abril del 2012, con el mismo nombre.