Mundial de Fútbol Femenino: un evento exitoso para la igualdad

El pasado domingo 7 de julio llegó a su fin la Copa Mundial de Fútbol Femenino Francia 2019. El equipo campeón fue la selección femenina de Estados Unidos, que venció a Holanda (por dos goles a cero) en un partido que rompió récords de audiencia alrededor del mundo, y donde el fútbol femenino como disciplina fue el verdadero vencedor. Fue un campeonato especial y significativo. Se puso sobre la mesa temas importantes, como las evidentes desigualdades que enfrentan los equipos femeninos en relación a los masculinos, la diversidad sexual (varias futbolistas son abiertamente homosexuales) y la necesidad de que millones de mujeres en el mundo se vean representadas en este tipo de eventos de alto alcance.

La selección de Estados Unidos fue la campeona de la Copa del Mundo.

Mucho se comenta de que se trató de uno de las mejores ediciones en la historia del fútbol femenino. La respuesta en redes sociales fue altísima. Lo cierto es que nunca le habíamos prestado la atención necesaria a una disciplina que ha sabido crecer en los últimos años. Recién esta vez ha tenido las plataformas de difusión que se merece. La Copa duró cuatro semanas. Fue una gran oportunidad para cambiar la actitud de todos los stakeholders involucrados (auspiciadores, encargados de transmisión, federaciones, y claro, el público). Para dar un paso más en busca de la igualdad. Y es que, desde que el campeonato inició, se hicieron evidentes varias diferenciaciones, sobre todo a nivel económico.

Las desigualdades en los salarios fue un tema relevante

Para empezar, muchas de las integrantes de las selecciones participantes no son futbolistas profesionales llenas de auspicios. Algo que pasa siempre en la versión masculina del campeonato. Una gran cantidad de estas mujeres no tiene la posibilidad de vivir del fútbol, pues no reciben la paga suficiente ni las facilidades para dedicarse a este deporte a tiempo completo. El tema de los pagos desiguales fue uno de los principales reclamos de las futbolistas durante el Mundial: el público que asistió a la final pidió igualdad a través de gritos que decían “Equal Pay”, movimiento que fue festejado por las participantes.

Marta llegó a los 17 goles y se convirtió en la máxima goleadora en la historia de los Mundiales.

El reclamo público fue más intenso cuando se supo que las campeonas estadounidenses recibirían solo 4 millones de dólares como premio por parte de la FIFA, una cifra increíblemente baja en comparación con lo que recibió el equipo francés que campeonó el Mundial masculino el año pasado (cerca de 40 millones de dólares). Para ponerlo más en perspectiva, el equipo masculino de Perú ha recibido 11 millones por el subcampeonato de la Copa América. Diferencias más que injustas.

Por ejemplo, la noruega Ada Hegerberg, ganadora del Balón de Oro 2018 y considerada la mejor futbolista del mundo, se negó a participar en la Copa Mundial como medida de protesta por la diferencia salarial en su país, y los problemas de infraestructura deportiva y planificación que impiden que las mujeres noruegas tengan las mismas oportunidades que los varones. ¿Se imaginan a Leo Messi o Cristiano Ronaldo haciendo algo así? Pues no, es que no tienen esa necesidad.

La aparición de figuras que alzaron su voz

Sin ninguna duda, la figura más importante de la Copa fue la capitana del equipo estadounidense, Megan Rapinoe, quien además de coronarse como campeona mundial, se llevó a casa la Bota de Oro como goleadora y el Balón de Oro a la mejor futbolista del torneo. Es, además, una de las caras visibles de la campaña en búsqueda de igualdad de oportunidades en el fútbol femenino. Antes de la Copa, Rapinoe declaró que, en caso de ganar el Mundial, no visitaría la Casa Blanca en protesta por las políticas de Trump, que considera dañinas para las minorías. Ante las declaraciones, Trump respondió a través de un tuit donde le sugirió a Megan que ganara algo antes de hablar. Pues, con el triunfo en el Mundial, no hay dudas de quién ganó finalmente. Evidentemente, el equipo no fue a la Casa Blanca.

Megan Rapinoe se convirtió en una de las figuras más importantes del torneo.

Rapinoe también alzó su voz para mostrar el fastidio de las seleccionadas de su país por otro hecho injusto: la final de la Copa Mundial coincidía con otras dos finales, de la Copa América y la Copa de Oro, torneos regionales de escala menor a nivel de importancia deportiva, pero que podrían opacar la cobertura de su partido. Sin embargo, el público respondió bien. Esta copa fue la más exitosa hasta ahora, tanto en asistencia a estadios como en los niveles de audiencia. Según la FIFA, se registró un total de 1.131.312 de espectadores durante los 52 partidos (11 de ellos a lleno total, incluida la final), lo que da un promedio de 21.756 personas por encuentro, todo un precedente.

La audiencia televisiva respaldó el fútbol femenino

A nivel de audiencias, también se marcó un antes y un después. En Holanda, la final fue vista por el 88% de televidentes, superando a la final de Rusia 2018. Por otro lado, en Estados Unidos, el partido fue lo más visto de la semana. En países como Brasil, Suecia, Alemania, China y Reino Unido, la final fue seguida por altos porcentajes de público. Y eso que no estaban disputando el partido.

Durante la fase de grupos, Argentina fue uno de los países que más siguió la Copa para apoyar a su selección. El partido contra Escocia fue lo más visto de la jornada en el país. Se transmitió en escuelas, bares y centros comerciales, con todo el público expectante por una victoria de las muchachas. Ni que decir de las redes sociales. La conversación sobre los partidos era tendencia en Twitter durante todos los días del campeonato. A nivel de merchandasing, también se rompieron récords con la venta de camisetas y demás productos.

El partido entre Francia y Brasil fue visto por 58.761.000 de personas (divididas entre 21 países).

Hay que ponerse del lado de la igualdad

¿Y en el Perú? En nuestro país, los derechos de transmisión le pertenecían a Latina Televisión. Sin embargo, el canal no transmitió los partidos en su señal en vivo. Los encuentros solo se podían ver a través de la app del canal. Y algunos de ellos fueron pasados en diferido y en horarios poco atractivos. La final del campeonato, por ejemplo, se transmitió a la 1:30 de la madrugada del lunes. Esto, obviamente, despertó la indignación del público en redes sociales. Las otras opciones para ver los encuentros eran contratar una señal de paga o a través de enlaces ilegales.

El canal nunca emitió un comunicado oficial sobre su decisión de no emitir los partidos, pero uno de sus periodistas, Eddie Fleishmann, aseguró que el motivo iba por un tema comercial. Es decir, Latina no creía que fuera rentable (algo que ya vimos que no es tan cierto). El día de la final, muchos usuarios mostraron su molestia con el canal. Hubo pedidos de que otra señal fuese la encargada de las transmisiones durante el próximo campeonato. Latina había perdido una excelente oportunidad.

La representación importa

Y es que las marcas auspiciadoras sabían que tenían la responsabilidad de ponerse del lado de la igualdad. De esa forma, refuerzan sus dimensiones Integridad y Ciudadanía para ganarse la confianza del público. Una de las campañas más llamativas fue la de Visa, que llevó el eslogan “Un momento puede cambiar el juego” y narró las historias reales de varias de las futbolistas participantes. También fue muy compartido el spot de Nike llamado “Dream Further”, que rescataba el eslogan “No cambies tus sueños, cambia el mundo” y se enfocaba en uno de los temas más importantes de este Mundial: la representación, el que niñas y adolescentes pueden verse reflejadas en mujeres ganadoras.

 

En ese sentido, también aparece la campaña de la marca de bebidas brasilera Guaraná Antártica, que busca demostrar que las mujeres merecen la misma atención publicitaria que los futbolistas varones. Qatar Airways, Gatorade, o Budweiser también presentaron campañas enfocadas en el Mundial Femenino, con gran éxito en redes sociales.

Conclusión

Vivimos en una época donde no podemos hacer caso omiso a los movimientos que luchan por la igualdad de oportunidades. Todas las dimensiones de la reputación en las organizaciones están ligadas a la importancia de ser inclusivos. Por esa razón, eventos como el Mundial de Fútbol Femenino y las reacciones de todos los involucrados nos permiten comprender que, aunque hay avances, todavía es necesario seguir trabajando para tener un mundo más igualitario.

El caso de Latina refleja poca visión por parte de los encargados sobre qué se programará en su señal. Mostrar los partidos hubiese sido una oportunidad perfecta para reforzar su lado social. También para ser coherentes con su discurso de apoyo a las mujeres. Pero prefirieron quedarse atrás, con un aura de discriminación en sus acciones, pues nunca se manifestó una razón concreta para la decisión.

También es importante que las figuras deportivas tomen una postura social en este tipo de casos. Es algo que no pasa en el fútbol masculino con regularidad. De esa forma, el evento se refuerza y capta más seguidores, como se pudo ver en las reacciones del público en los estadios y en las redes sociales. Es necesario ser parte del cambio. Ya en Café Taipá habíamos recomendado prestarle atención al fútbol femenino. A la gente le gusta verse representada. El éxito comercial que ha tenido este Francia 2019 alrededor del mundo es una muestra de eso. Aprendamos de estas acciones y trabajemos por un mundo mejor.

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