¿Cuánto impacta el apagón en la reputación de Alianza Lima?

Nunca una derrota en el fútbol se puede considerar un problema reputacional, al menos no de largo aliento. Perder es parte natural de cualquier disciplina y, más allá del sinsabor temporal para deportistas, hinchada y dirigencia, el siguiente campeonato vuelve a alinear el sentimiento, aplicando las medidas que correspondan. Pero lo que sucedió la noche de miércoles 8 de noviembre, tras el apagón provocado en la final del campeonato nacional del Perú, va a significar un pasivo considerable en la reputación de Alianza Lima.

Este café parte de dos premisas que considero relevante exponer.

  • La responsabilidad de lo sucedido recae directamente en la dirigencia de Alianza Lima. Cualquiera que sea la versión que circule, en una situación tan compleja de crisis, siempre serán los líderes los primeros que deben asumir la responsabilidad.
  • Lo sucedido para nada debería representar el sentir de los hinchas del club. Todo lo contrario, ellos deberían ser los primeros en condenar el terrible daño institucional que se le ha provocado a la reputación de Alianza Lima, y están en todo el derecho en pedir, no solo explicaciones, sino también correctivos.

Comparto, entonces, cinco consideraciones sobre una situación que es muy seria, no solo para la reputación de Alianza Lima, un club de fútbol referente, sino para toda la práctica de la disciplina en el país.

Escándalo internacional

No estoy siendo sensacionalista cuando digo que la actitud de la dirigencia de Alianza Lima ha provocado un bochorno que fue mucho más allá del Perú. Desde medios con referencia global como The Guardian, clubes deportivos del nivel del Porto, y periodistas deportivos de renombre como Pablo Giralt, todos han condenado -o se han burlado- del ridículo absoluto que ha significado apagar las luces de Matute para buscar impedir la celebración de Universitario.


Si ven el mapa de comentarios en X, según Talkwalker, el 50% de menciones referidas Alianza Lima, se ha dado fuera del Perú y, evidentemente, el sentimiento no es a favor del club. En términos reputacionales esto es gravísimo. Lo sucedido no es una anécdota, va a quedar como precedente.

¿Alguna manera de reducir el impacto? Sí. El final de esta historia está en manos del mismo club, pero no de sus dirigentes, sino de sus socios e hinchas. Las medidas correctivas deberían ser de un nivel que la opinión pública nacional e internacional, perciban que una acción irresponsable como el apagón tiene consecuencias severas para los responsables.

Comunicado que vuelve a apagar la luz

Definitivamente, un análisis del comunicado del Club revela faltas básicas desde el punto de vista reputacional. Primero, porque la percepción de que se dice la verdad es nula. «Incentivar la rápida evacuación de las tribunas, y así preservar la integridad y la seguridad del público y de las delegaciones deportivas» es absurdo y contradictorio. No soy el único que pensó al leer el texto que era un meme, una burla de algún hincha de la «U», y lo digo muy en serio. El daño institucional de un comunicado así, en una situación que, claramente, puso en riesgo la integridad de futbolistas, reporteros y, de los propios hinchas presentes en el estadio, es altísimo.

Si este comunicado va a ser la última palabra oficial de Alianza Lima, olvídense en aplicar aquello de que el peruano no tiene memoria. Los hinchas sí la tienen, e Internet también. Y, cuidado, que el comunicado no está alineado con la versión de Tito Ordoñez, delegado de Alianza Lima.

Y algo más, empresas a las que se les pudo relacionar con el incidente, como Luz del Sur, se han manifestado haciendo el deslinde correspondiente, centrando toda la responsabilidad en Alianza Lima.

Hinchas y socios, la luz que necesita Alianza Lima


Hay un factor clave en esta crisis, probablemente, el más importante: los hinchas, el real community power de todo club. Yo los clasificaría en dos, considerando colectivos que se pueden asociar para levantar la voz y lograr cambios:
Los socios del club con liderazgo de opinión y gran alcance público; y los hinchas de barras referentes como «Comando Sur».

El pronunciamiento público de ambos grupos es necesario, y ya se ha estado dando, en ejemplos que comparto aquí. Las instituciones y las empresas son, en buena medida, sus personas, su gente. Y no solo me refiero a quienes las dirigen, sino a quienes las respaldan, trabajan para ellas, y creen en ellas. Aquí ya pasó a segundo plano si Alianza Lima perdió un campeonato, es la imagen de la institución la que hay que defender.

Hay otro colectivo importante: los jugadores históricos del club. Todo son Alianza Lima y deben no solo condenar un comunicado así, sino exigir que los responsables den la cara, y respondan por el daño que le han hecho al club.

De la crisis de Alianza a la oportunidad de las marcas

Dejo para el final lo que las repercusiones que sí están para la anécdota. Muchas marcas comerciales y hasta instituciones estatales tomaron como punto de partida el apagón en Matute para publicar mensajes en sus redes sociales, reforzando sus servicios o posicionamiento.

 

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Inclusive el Congreso de la República, que es la institución más cuestionada en el Perú, hizo lo propio recibiendo las críticas de la comunidad online. Es increíble como la bochornosa reacción de la dirigencia aliancista da pie que hasta el Congreso busque sacar provecho del escándalo. El post fue borrado.

Mi conclusión

Cafeteros, ni el segundo gol de Universitario, que prácticamente selló el campeonato, debe doler más que el autogol que la dirigencia le aplicó a la reputación de Alianza Lima. En crisis institucionales, la reacción de quienes la dirigen, es clave. Pero como este no es el caso, el peso institucional también está en los socios, quienes tienen injerencia a la interna del club, y también los jugadores históricos, quienes representan también la imagen del club.

Las manifestaciones se están dando, pero importará más las acciones efectivas. Ojo que la presencia legal de la fiscalía ya se dio ayer. Lamentablemente, la falta de autoridad y la informalidad, que son las constantes del Perú, hacen difícil pensar que, con seguridad, se sancionará a los responsables, no solo de un daño institucional, sino de un claro riesgo a la integridad de todas las personas que estuvieron en el estadio de Matute.

Ojalá que desde el deporte, se dé un ejemplo oportuno de seriedad y responsabilidad, en un club tan importante como Alianza Lima, que le sirva a todo el Perú.

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