Día Mundial de la Alimentación: Tendencias para nutrir mentes y tomar acción

En un mundo ideal, los alimentos que escogemos y cómo los producimos, preparamos, cocinamos y almacenamos alcanzan para abastecer a todos. Nadie sufre de hambre ni malnutrición. En contraste, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), casi 40% de la población mundial no puede cubrir una alimentación saludable.

 

Desde antes de la pandemia, los sistemas agroalimentarios venían sufriendo una sobreexplotación de recursos, el cambio climático y otros. Con la pandemia, se incrementó la pobreza. En Perú, casi un tercio de la población no puede cubrir sus necesidades básicas. Por eso, hoy 16 de octubre, en el Día Mundial De la Alimentación, le daremos un vistazo a iniciativas de marcas e instituciones que están dando su contribución a la sociedad,  exponiendo sus valores intangibles sobre la mesa.

Los productores cada vez más cerca

En el Día Mundial de la Alimentación, es importante tomar en cuenta que, en la pandemia, los productores se han visto obligados a buscar otras maneras de llegar a sus consumidores. Por ello, en el Perú, con ayuda del Estado y gobiernos locales y regionales, surgieron ferias fijas e itinerantes. Dentro de ellas encontramos la feria itinerante, De La Chacra a La Olla,  que va cambiando de distrito según cronogramas coordinados previamente.

 

Esta es una iniciativa del Ministerio de Agricultura donde se promueven los emprendimientos de pequeños productores siguiendo todos los protocolos de salud. También tenemos las ferias fijas en Lima, como las Agroferias Campesinas, las cuales están presentes todo el año en San Borja, Magdalena y San Isidro. Estas últimas iniciaron como un proyecto de la Sociedad Peruana de Gastronomía (APEGA) con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para pequeños productores, que se fueron consolidando con el tiempo.

 

De igual forma, el sector privado ha encontrado una oportunidad en la conexión y relación con los productores. Este es el caso de plazaVea quienes lanzaron su campaña FREESCO. En ella cuentan de manera amena sus procesos internos a la hora de escoger los productos que encontrarás en las tiendas. Nos da un vistazo de su relación con los productores para maximizar los cuidados en sus verduras y frutas.

 

Esta práctica es parte de su cadena de valor, donde la calidad, la ética y la sostenibilidad son criterios importantes que se tienen en cuenta. No solo se preocupan porque los productos sean buenos, sino también porque logren crecer. Para ello, tienen un acompañamiento donde los guían a fin de que puedan cumplir con los requerimientos necesarios y así podamos tener sus productos en nuestras mesas.

Qué consumimos

Desde siempre, las campañas publicitarias han influido en nuestros comportamientos de consumo, como podrán verlo en el experimento social de Bite Back 2030. En él muestran como colocando publicidad en los lugares on y off line, que más frecuentamos, podemos elegir lo que nos sugieren.
Sin embargo, con el tiempo, los spots publicitarios han ido evolucionando, poco a poco, para educarnos. Han pasado de vendernos ilusiones, diversión y estereotipos, a mostrar la cotidianidad, acercándose cálidamente a nuestros hogares. ¿Pero es suficiente?

 

En todas partes del mundo se han lanzado diferentes campañas promoviendo que se nos informe lo que realmente estamos consumiendo y pidiendo que se nos eduque. Un compromiso de estado, empresa pública y privada, y nosotros, la sociedad civil, que debe ir de la mano con la sostenibilidad del planeta. Parte de ello es hacer un marketing mas responsable y aprender a comunicarlo.

 

Un buen ejemplo es la campaña «Little Blue lable, big blue future» de Marine Stewardship Council, donde tienen en cuenta que no sólo elegimos un producto, sino elegimos un futuro.

Desperdicios Cero

Con la crisis económica que se generó durante la pandemia, se dio mayor importancia a acciones que se venían trabajando desde hace un tiempo, para evitar el desperdicio de alimentos. En el Perú, se pierde por año, 47.6% del total de alimentos. Algunos son aprovechados por el Banco de Alimentos quienes reciben donaciones de empresas para luego de una evaluación, poder donarlas a las poblaciones que lo necesiten.

 

Asimismo, empresas privadas como Sugo han encontrado un nicho valioso en vender productos que están por vencer a precios más bajos. Su modelo de negocio previene el descarte de productos en buen estado y todavía aprovechables.

 

Por otro lado, la ONG Ccori, con el fundador y chef Palmiro Ocampo, ha venido trabajando en recetas para optimizar el uso de todos los productos y desperdicios. En pandemia, han seguido apoyando, junto a Sodexo y Stop Hunger, a las ollas comunes de Lurín, en su proyecto llamado Cocinas Bondadosas. Allí les enseñan a las madres de familia, a optimizar sus recursos.

Mi conclusión

El Día Mundial de la Alimentación nos invita a seguir buscando soluciones sostenibles, comprometer al sector público y privado a vivir su cultura organizacional en pro de ello. Nosotros, como sociedad civil, también debemos ser el cambio que queremos ver, exigir marcas más humanas con un marketing responsable y evangelizador. Los ejemplos vistos hoy nos dicen que estamos en el camino correcto y que todos podemos ser agentes de cambio en las organizaciones que lideramos o trabajamos, en nuestros emprendimientos, por una mejor alimentación, producción, nutrición y medio ambiente.

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