Latina Televisión: Los casos que están dañando su reputación

Las marcas no se dañan de la noche a la mañana. La crisis de reputación de Latina Televisión viene sembrándose desde hace unos años, por lo que este Café es un análisis de cómo un canal de televisión puede afectar su reputación si no corrige a tiempo su cultura y no tiene en cuenta el contexto social en el que se encuentra.

Esta semana, Latina fue tema de conversación en redes sociales: uno de los conductores del programa “Válgame” Rodrigo Zúñiga, apodado «Zorro Zupe», se dirigió e increpó con agravios, en señal abierta, a Mirella Huamán, madre de la pequeña niña que fue asesinada y abusada sexualmente por un adolescente en el distrito de Independencia hace unos días. Sin duda, por la evidente carga violenta de los comentarios, el tema no tardaría en condenarse.

Como se sabe, el canal ha decidido separar a Zúñiga de la conducción del mencionado programa, pero ¿esta será una acción suficiente para que no vuelva a ocurrir?

Internet tiene memoria

Una clave importante de la reputación es el contexto (Clave 3). Vivimos en tiempos donde la lucha contra la violencia de género se ha intensificado en todos los espacios. Por eso, la reiteración de Latina Televisión, de seguir difundiendo contenidos sin establecer los filtros apropiados, obtiene justas protestas.

Lo sucedido con las declaraciones de Zúñiga, no solo generaron rechazo en la comunidad online, sino que trajeron a colación otros casos como el programa «El valor de la verdad» conducido por el periodista Beto Ortiz. El feminicio de su primera concursante, Ruth Thalía Sayas, a manos de su expareja, y la continuidad del programa con otros participantes con comentarios condenables y cuestionables que incitaban a la violencia, fueron rápidamente relacionados a lo ocurrido hace unos días.

“El Valor de la Verdad” se transmitió en Latina entre 2012 y 2020, exponiendo la vida privada de sus concursantes.

Hechos recientes

Nicola Porcella, conductor del programa “Todo por amor” de Latina y conocido modelo de programas de competencia física, en uno de sus primeros días al frente de este show, realizó comentarios machistas en contra de su compañera de conducción Karina Rivera, lo que lo llevó a ser suspendido por un día. Esta situación lamentable también fue recordada tras la reciente crisis y es que, además, en el pasado, fue acusado por violencia doméstica contra su expareja y asociado a otros escándalos.

Nicola Porcella, acusado de violencia doméstica y complicidad en un intento de violación sexual, fue contratado por Latina para conducir un programa familiar.

Asimismo, se pusieron en evidencia la poca coherencia entre la cultura corporativa (Clave 1) que difunde la organización y sus hechos. La comunidad online contrastó la campaña de lucha contra la violencia hacia la mujer llamada “En Latina nos hacemos cargo”.

Latina Televisión ha recibido en los últimos años diferentes sanciones por emitir contenido perjudicial, según el portal Ojo Público. Solo en el año 2017, las multas han sumado casi medio millón de soles. Por las declaraciones de Rodrigo Zúñiga, el MTC ha iniciado una supervisión a Latina y le ha pedido a la Sociedad Nacional de Radio y Televisión que inicien acciones correctivas contra el canal.

Es necesario que Latina y otros medios escuchen a los diversos stakeholders a través de una consciente Escucha Activa Inteligente (clave 6), esto les permitirá tomar acciones concretas, así como tener el compromiso de informar y divertir a la sociedad basándose en una sólida cultura de valores.

Mi conclusión

Latina Televisión ha dañado su reputación a base de actos que demuestran su poco compromiso con la ciudadanía en temas relacionados a la violencia. La imagen del canal está cada vez más asociada con conductores ligados a estos casos, su propia reputación también les afecta.

Es importante que las marcas que auspician estos programas de televisión entiendan que, sin tener dicha intención, algunos stakeholders pueden considerar que están de acuerdo con la emisión de contenidos que afectan la integridad de muchas víctimas de violencia en el país. Si estas marcas no reaccionan, verán muy pronto sus reputaciones afectadas, pues ante la poca respuesta del medio, el público las reconocerá como parte importante del problema, generando rechazo hacia ellas.

Las marcas, en general, deben construir relaciones de largo plazo con sus stakeholders, siendo coherentes con la cultura organizacional que predican. Si no se adaptan a las necesidades y expectativas de la sociedad, desaparecerán.