Durante las últimas semanas, en las redes sociales y en medios tradicionales, se estuvo hablando de la crisis de la Granja Azul, emblemático restaurante peruano, donde nació el pollo a la brasa.
¿El motivo? La municipalidad distrital de Ate, clausuró arbitrariamente el local ubicado en Santa Clara, luego de una inspección.
@francovidalm #viral #francovidalalcalde #fyp #huaycancity? #derrotamosalaviejapolítica #ateavanza #ate #fyn #ceresmedio #granjaazul #jovenes ? sonido original – Franco Vidal
Ante esta situación, el establecimiento, que lleva operando 73 años, emitió su comunicado, indicando que las observaciones y multa fueron subsanadas en las primeras 24 horas, luego de la inspección. Sin embargo, la municipalidad no se acercó a constatar los cambios, por lo que el restaurante no podía atender al público.
Ver esta publicación en Instagram
Todo ello generó una crisis para la pollería, ya que ponía en riesgo la continuidad de su operación, y era un mal referente para el sector gastronómico con respecto a las medidas extremas de las autoridades. Por lo que otras marcas y directivos del rubro gastronómico se pronunciaron.
Primera señal: el azul de la solidaridad
Bastó poco tiempo para que restaurantes y pastelerías conocidas de Lima se pronuncien frente al cierre de la Granja Azul y su compleja situación.
La primera acción fue de María Almenara, que compartió en sus redes sociales una publicación, indicando que su corazón estaba con la pollería. También anunció el cambio de los colores de su logo, que fue visible en su foto de perfil.
Ver esta publicación en Instagram
Otra marca que replicó la acción fue Pardos Chicken, elegida como la mejor pollería 2023 por Somos. A pesar de ser un competidor directo, decidió levantar la voz, deseando que Granja Azul vuelva a operar y agradeciéndole por haber abierto el camino para la categoría de pollos a la brasa.
Ver esta publicación en Instagram
Cabe mencionar que, no solo fueron estas 2 marcas las que compartieron mensajes de apoyo. También lo hicieron «La Nevera Fit«, «Hanzo«, Villa Chicken, «La Mar Cebichería«, «La Choza Naútica«, «Shizen«, y más.
Las muestras de solidaridad recibidas demuestran lo importante que es tener una buena relación con stakeholders (clave 4 del marketing de reputación). Además, refleja el compañerismo que existe entre las empresas del sector gastronómico, que posiblemente se afianzó durante la pandemia, época en la que todas se vieron afectadas.
Segunda señal: los directivos del sector se manifiestan
Durante el tiempo en el que el restaurante estuvo cerrado, algunos directivos del sector gastronómico también alzaron su voz. El objetivo fue mostrar su apoyo a la Granja Azul y buscar que el gobierno de turno tome acción.
Uno de los primeros fue Carlos Armando De La Flor, CEO de María Almenara, quien compartió una foto en LinkedIn, con el logo de ambas empresas, alineado a la publicación de su marca.
También, se sumó Rubén Sánchez, actual CEO de Pastelería San Antonio. Dentro de su publicación, expresó su solidaridad con la Granja Azul y comentó que la decisión del municipio fue excesiva, poniendo en jaque la estabilidad laboral de los empleados y la del negocio.
Arnold Wu, presidente ejecutivo de Wu Restaurantes, grupo al que pertenece Pardos Chicken, compartió en LinkedIn su opinión. En la plataforma comentó sobre los abusos de las municipalidades hacia las empresas del sector gastronómico. Asimismo, reconoció la importancia de la Granja Azul para la categoría, pues fueron los pioneros.
Como se pudo observar, detrás de los logos de las empresas, también hay caras visibles, voces que se hacen presentes. Es una oportunidad para ejercer el liderazgo, sobre todo en las crisis del sector al que se pertenece. Las publicaciones de los tres directivos respaldan a la Granja Azul en problemas, exponen una problemática que viven los negocios locales y se compran el pleito como propio.
Ello también refuerza tres de las cuatro dimensiones de reputación planteadas por Reptrak, para los directivos:
-
-
-
Liderazgo:
Esta dimensión se evidencia tan solo con alzar su voz, a través de sus redes sociales, y sumando a la protesta las marcas que dirigen, como se vio en el caso de María Almenara y Pardos Chicken.
-
Responsabilidad:
Los directivos, desde un sentido ético, están tomando posición ante un problema que, de una u otra forma, afecta a todo el sector, no solo a la marca en cuestión. Al pronunciarse buscan generar un cambio positivo para el mercado peruano y que la relación entre reguladores y negocios mejore, en favor de los consumidores y empresas.
-
Influencia:
Los 3 ejecutivos son referentes en el sector gastronómico. Por un lado, Rubén Sánchez es reconocido por impulsar las políticas de diversidad e inclusión en San Antonio, es miembro de colectivos que impulsan la sostenibilidad y cuenta con más de 56 mil seguidores en LinkedIn. Por otro lado, Carlos Armando de la Flor, tiene una comunidad de más de 26 mil seguidores. En cuanto a Arnold Wu, llega aproximadamente a 5 mil followers.
Cabe precisar que, las publicaciones de cada directivo generaron conversación, llegando a tener más de 1500 reacciones y más de 25 comentarios cada una. También sirvieron como un espacio para que las personas se informen y compartan su opinión sobre el tema. La mayoría se sumaba a respaldar al restaurante.
-
-
Mi conclusión
La compleja situación que vivió la Granja Azul, generada por el abuso de una municipalidad, permitió evidenciar la unión, compañerismo, solidaridad y el sentido ciudadano del sector gastronómico, ya que más de una empresa ha pasado por lo mismo y buscan operar bajo un marco sin irregularidades.
Asimismo, los líderes o directivos de las marcas hacen uso de sus redes sociales y su poder de convocatoria, para exhibir la problemática, respaldar al stakeholder afectado e impulsar un cambio positivo en el mercado peruano. Sus publicaciones se convierten en espacios potentes de conversación y de información, contribuyendo a que más personas se sumen a la causa. Todo ello, refuerza su rol como referentes en el sector y les permite construir una reputación positiva.
Hoy más que nunca, necesitamos que las empresas y sus líderes sean coherentes, sean responsables, difundan sus valores y los evidencien cuando la realidad lo exija.
Es bachiller en Comunicación y Marketing de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Además, cuenta con una especialización en Negocios Digitales en la Universidad del Pacífico.
Posee experiencia en los sectores de educación, banca y finanzas, y minería, desarrollándose en temas de comunicación externa, generación de contenidos digitales, comunicación interna y cultura organizacional.
Es un apasionado por la transformación digital, el marketing y la comunicación 360.