La guerra del streaming ha empezado oficialmente. Hace unas semanas, Disney+ debutó con más de 10 millones de suscriptores en su primer día, superando ampliamente las estimaciones previas. A pesar de complicaciones técnicas y críticas a las versiones presentadas de algunas series o películas, la recepción en los países que tienen acceso al servicio (Estados Unidos, Canadá, Holanda) ha sido positiva, con excelentes comentarios hacia las nuevas producciones, el material exclusivo y la experiencia de usuario.
Como respuesta, Netflix anunció su alianza con Nickelodeon, el canal de series y películas para niños y adolescentes, demostrando que tiene argumentos para luchar. Pero no son los únicos: Amazon Prime, HBO Max, Apple y Peacock están preparados para la pelea.
Según un estudio publicado en The Hollywood Reporter, Disney+ será el servicio de streaming que atraiga más clientes nuevos en los próximos cinco años: unos 82 millones en todo el mundo. Netflix, por su parte, mantendrá la desaceleración de tiempos recientes, pero aun así obtendrá 79 millones de suscriptores nuevos, completando un total de 219 millones de clientes en el mundo para 2024, manteniéndose como líder. Sin embargo, estas previsiones se hicieron antes del lanzamiento de Disney+, que no anticipó ser un éxito de tanta magnitud.
Tras este hecho, especialistas aseguran que Disney podría llegar a un mayor número de suscriptores, aunque esto no significa que Netflix vaya a verse afectado, ya que se ha observado que gran parte de los usuarios está dispuesto a tener ambos servicios, pues son las dos marcas que más reconocen. Golpe a los demás competidores, ¿qué hacer, entonces, para ganarse un lugar?
La calidad del producto
Algo que se le ha criticado a Netflix es la disímil calidad en su amplia galería de producciones originales: ha creado y estrenado series aclamadas por el público y la crítica, pero también tiene varios títulos de calidad cuestionable. Por ello, desde el año pasado, los directivos han incrementado su inversión en el financiamiento y la contratación de reconocidos creadores de contenido.
A nivel de cine, Netflix ha trabajado con galardonados directores como Martin Scorsese, Alfonso Cuarón, Noah Baumbach, o Bong Joon-ho. En el terreno de las series, ya ha estrenado producciones de David Fincher y están en camino los nuevos trabajos de Ryan Murphy, Damien Chazelle, Shonda Rhimes, y David Benioff y D.B. Weiss (creadores de «Game of Thrones»), todos fichados con contratos multimillonarios.
Pero no son los únicos. HBO Max, de AT&T/Warner, también anunció hace poco su salida al mercado y ha confirmado que creadores como J.J. Abrams, Greg Berlanti y Ellen DeGeneres tendrán a su cargo varias producciones originales. Apple TV+ no se queda atrás y tiene en marcha nuevas producciones televisivas a cargo de Steven Spielberg, M. Night Shyamalan, Oprah Winfrey, Sofía Coppola, Ron Howard, Alfonso Cuarón, entre otros. Amazon Prime ya anunció series con Jordan Peele, Gael García Bernal, Diego Luna, Phoebe Weller-Bridge, y más gente talentosa.
Como vemos, la guerra incluye también repartirse creadores de contenido que garanticen calidad y confianza en el público. Un buen nombre en los créditos siempre será un plus para esta competencia donde los detalles pueden ser determinantes. En términos de reputación, este aspecto encaja en la dimensión Oferta.
Y también tiene mucho alcance la clave Relación con Stakeholers, pues se generan alianzas importantes entre las marcas y los creadores de contenido, quienes reciben los recursos y la libertad creativa para ofrecer producciones de calidad para los usuarios. Otro punto importante (y aquí es donde Netflix obtiene ventaja sobre el resto) es la generación de contenido regional, cuando se piensa en más stakeholders que el público estadounidense. Netflix produce y distribuye con gran éxito programas y películas en varios países. Series como la española “La Casa de Papel”, la mexicana “La Casa de las Flores” o la alemana “Dark” se convirtieron en hits mundiales. Fueron, además, ventana para sus países de origen. Ese es un punto que las otras compañías no pueden pasar por alto si quieren competir a ese nivel.
El poder de las marcas
Mucho tiene que ver también con la dimensión Oferta el poder de las marcas que los servicios de streaming tienen como parte de su ecosistema. En este sentido, es Disney+ la que parece tomar la delantera. Sus producciones originales vienen avaladas por varias de las marcas con mayor éxito comercial y de crítica de los últimos años. Disney tiene consigo a Marvel, la fábrica de superhéroes más taquillera de la historia; Star Wars, la saga más influyente de ciencia ficción; a Pixar, la casa de animación con mayor prestigio en el mundo; películas y series de Fox (recientemente adquirida), como “Los Simpsons”; todo el material de National Geographic; y sumado a eso, la extensa galería de producciones Disney. Marcas con un community power valioso que aseguran la repercusión online de la mayoría de sus contenidos.
Netflix también busca afianzar su nombre aliándose con nombres importantes. Además del acuerdo con Nickelodeon, también tiene los derechos de shows emblemáticos como “Black Mirror”, “Breaking Bad” o “Gilmore Girls”. Pronto estrena la adaptación de “The Witcher”, famosa saga de libros y videojuegos, y ya adquirió los derechos de “Seinfeld».
HBO Max también se ha asegurado con los derechos exclusivos de series como “Friends”, “The Big Bang Theory”, “Rick and Morty” y “South Park”, además de todo el catálogo de HBO (“Game of Thrones”, “The Sopranos”), DC Cómics, Cartoon Networks, y las películas de Studio Ghibli, la casa más importante de animación en Asia.
Por su parte, Amazon Prime ya desarrolla una serie basada en “El Señor de los Anillos”. Peacock, el servicio de streaming de NBC, cuenta con series como “The Office” y “Parks and Recreation”. Todas marcas respetadas y con legiones de fans en el mundo.
Porque, aunque también quiere cosas nuevas, el público siempre regresa a lo que le gusta y lo hace sentir cómodo. Hay que estar preparado para eso. Apple TV+ salió al mercado hace unas semanas sin series de gran reputación como respaldo a sus producciones originales. ¿El resultado? Una fría recepción en el mundo.
Innovación constante del streaming
Otra dimensión de la reputación que jugará un rol clave en esta guerra es la Innovación. Por ejemplo, una de las desventajas de Disney+ es su lanzamiento escalonado en el mundo. El servicio llegará a Europa recién en marzo del 2020 y a Latinoamérica en la segunda mitad de ese año. Dichas regiones ya están viendo programas y películas de Disney a través de descargas ilegales: el primer episodio de «The Mandalorian», la nueva serie de «Star Wars», fue compartida por millones de personas en línea en cuestión de horas. Disney+ deberá mostrarse lo suficientemente atractiva para que estas prácticas se reduzcan.
Es así que el reto de los servicios de streaming será introducir elementos innovadores que las hagan imprescindibles. Es evidente que, por temas de tiempo y dinero, buena parte de los clientes no se suscriba a más de dos o tres servicios.
?Si uno quisiera estar suscrito a todas las plataformas, tendría que pagar:
• Disney+: $6,99/mes
• Hulu: $5,99/mes (con publi)
• HBO Max: $14,99/mes
• Netflix: $8,99/mes (plan básico)
• Amazon: $12,99/mes (incl. Amazon Prime)
• Apple TV+: $4,99/mes
• Peacock: ¿$5,99/mes?— Emilio Doménech (@Nanisimo) September 17, 2019
Disney, por ejemplo, ofrecerá facilidades para que sus suscriptores puedan acceder a sus servicios hermanos: Hulu (una plataforma más económica con contenido dirigido al público adulto) y ESPN+ (enfocado en deportes). HBO Max será gratuito para los clientes actuales de HBO (cable, tv móvil). Apple está ofreciendo Apple TV+ gratuito por un año a quienes adquieran productos nuevos de la compañía.
Pero la innovación debe ir más allá del precio. La experiencia de usuario debe ser completa. Además del contenido de calidad, el cliente debe tener acceso a una interfaz amigable que le permita navegar de forma natural, y que los algoritmos funcionen de forma correcta para que sus gustos estén siempre a la mano. HBO Max, por ejemplo, usará a varias de sus estrellas para que compartan recomendaciones semanales.
De esa forma, se genera una sensación de cercanía. Netflix también aprovecha el potencial de sus figuras más reconocidas e interactúa con ellas en redes como Twitter e Instagram, donde usa un lenguaje bastante ameno para comunicarse con los seguidores de los actores o las series de televisión. Este tipo de acciones, atractivas e interactivas, marcarán la diferencia entre uno u otro servicio. Nadie puede quedarse dormido.
Mi conclusión
La buena reputación de Netflix y Disney las pone por delante en esta guerra, algunos no podrán seguirles el paso. Será interesante ver qué estrategias utilizan los servicios rivales para ser competitivos. Por cuestiones de tiempo y dinero, el usuario promedio se decidirá solo por quiénes puedan cubrir la mayoría de sus necesidades. Y como vimos, son varios los factores relacionados a la reputación que determinarán esa decisión final: ofrecer productos de calidad, acoger marcas y personalidades que el público reconozca, innovar en la experiencia del usuario, entre otras. La guerra empezó, será ardua, y aunque habrá perdedores, los más beneficiados seremos los usuarios.