La preocupación por los problemas sociales y el comportamiento ético son ahora los impulsores de una buena reputación. Esto es evidente en los resultados del “CEO Global RepTrak 2019”, un estudio realizado por Reputation Institute que identifica a los CEO con mejor reputación a nivel mundial.
Por segundo año consecutivo, CEO RepTrak midió la reputación de más de 140 CEO a nivel global, obteniendo más de 230,000 calificaciones del público familiarizado con las compañías y sus directivos. Después de un arduo estudio, este es el ranking de los diez CEO con mejor reputación:
Van Beurden: un nuevo integrante en el top 10
Este año, Van Beurden, el CEO de Royal Dutch Shell, se encuentra en la lista de los diez directivos con mejor reputación a nivel mundial. Este resultado fue inesperado, ya que la compañía de energía no figura como una de las más reputadas.
¿Qué acciones han sumado a su buena reputación? Van Beurden lidera una campaña para reducir la huella de carbono neta de Shell en un 50% para el 2050. Así, a través de la colaboración de organizaciones medioambientales como Task Force on Climate-Related Financial Disclosures y World Resources Institute, este CEO demuestra su compromiso con el desarrollo sostenible.
Gracias a la decisión de Van Beurden ante los altos niveles de contaminación que Shell puede generar, la compañía ha empezado a posicionarse como líder del sector en el cuidado del medioambiente. En este logro, la labor del CEO ha sido relevante, pues ha marcado la pauta en la redefinición de la misión de su empresa y la cualquier organización de la industria de energía.
Definitivamente, la responsabilidad corporativa ha sido un factor imprescindible en la reputación de Van Beurden. Así lo sostiene Hahn-Griffiths: «no solo es un CEO altamente ético, sino que también tiene empatía y el deseo de hacer del mundo un lugar mejor para vivir».
¿Qué sucedió con Sundar Pichai, el CEO con mejor reputación en el 2018?
Este año, el director de una de las gigantes estadounidenses está fuera del top 10. Sundar Pichai, CEO de Google, ha descendido del puesto número 1 en el 2018 al número 88 en el 2019.
La mala gestión de la privacidad de datos de los consumidores ha repercutido en la actual reputación de Google. Así también, las acusaciones de acoso sexual en la compañía han revelado un lado oscuro que no conocíamos. Google empezó correr peligro cuando el New York Times publicó una investigación sobre cómo había protegido a tres altos ejecutivos acusados de mala conducta sexual. Lógicamente, el silencio que guardó la compañía y su decisión de no tomar cartas en el asunto, ante los hechos denunciados por sus trabajadores, delató su poca conducta ética.
Mi conclusión
La buena reputación de un CEO no se mide por términos económicos, sino por su conducta ética. Tener un comportamiento responsable frente a los problemas sociales será imprescindible para construir una reputación positiva. Ahora, los ciudadanos no solo buscamos líderes carismáticos que lleven sus compañías al éxito, sino que valoramos un CEO que sepa hacer lo correcto pensando siempre en el impacto en el desarrollo social y sostenible.