Hace unos meses, en el Barcamp escuché la ponencia de un blogger anunciando la muerte de la publicidad. Salvando las distancias, Al Ries también lo dice en su libro «La Caída de la Publicidad y el Auge de la Relaciones Públicas», pero quien tome esta afirmación como absoluta y se haga la idea de que la publicidad tiene las horas contadas, comete el mismo error que cuando se supone que el periodismo desaparecerá sólo porque cada vez los medios de papel se hacen digitales o porque la ciudadanía tiene a través de la tecnología la posibilidad de «reportear».
Esto lo entendió muy bien Burger King y, como lo cuenta Ricardo Chadwick en su Calle Creatividad -de necesario tránsito para los colegas-, se tuvo la genial idea de hacer partícipes involuntarios a sus más comprometidos clientes.
Bye bye Whopper
Coincidiendo con el 50 aniversario de la emblemática Whopper, Burger King realizó un experimento social quitándola del menú. La campaña se dividió en dos fases:
1. La primera parte del experimento buscaba medir las reacciones de la gente frente a la ausencia de la Whopper sin ningún anuncio. Había cámaras estratégicamente instaladas, que registraban al milímetro las reacciones, gestos y palabras de sorpresa, pena y reclamo de los sorprendidos comensales de los más diversos perfiles que tenían una preferencia en común.
Finalmente se develó el secreto, la Whopper volvió al mercado, y las ventas fueron altísimas llegando a los dos dígitos de crecimiento. Y justamente los premios Effie valoran la eficiencia de la publicidad, aunque esta vez ha valido también la innovación de las campañas elevando la competitividad de los participantes.Esta es una muestra de que la publicidad no ha muerto, ni va a morir, sencillamente se transforma, y aprende a coexistir con otros medios para hacer comunicación para las empresas y que forman parte de una oferta 360° que los estrategas sabrán aprovechar convenientemente, de acuerdo a los objetivos del cliente y del plan de comunicación respectivo.
Su primer rumbo fue el de la ingeniería y, aunque cambió de dirección hacia su verdadera pasión, la publicidad, el aprendizaje en las aulas de Estudios Generales Ciencias de la PUCP fue clave para su trabajo en estrategias.
En 1997 se gradúa como publicista en el IPP, y luego decide terminar también su carrera universitaria como comunicador en la PUCP (2001). Trabajó en tan diversas áreas de la comunicación que la mejor manera de integrarlas fue a través de un máster en Dirección de Comunicación en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (2007), donde desarrolló aún más sus habilidades de interacción con diferentes públicos.
Tras su experiencia como Director Online en Llorente & Cuenca, y Jefe del Canal Virtual de Claro Perú -puestos a los que llegó por el trabajo en su blog, CAFÉ TAIPÁ- decidió lanzar su propia consultoría desde abril del 2012, con el mismo nombre.