Hace un par de años una sección inusual en el diario El País, llamó mi atención, puesto es publicaba una sección de «a la caza de errores ortográficos» en anuncios públicos que cualquiera podía encontrar en la calle. A inicios de año,leí la nota de un blog español que anunciaba que los publicistas ibéricos se comprometían a poner énfasis en el respeto a las reglas ortográficas. Este hecho, tal vez simbólico, me pareció importante puesto que en esta profesión y en otras ligadas a la comunicación, que debieran marcar la pauta en el uso correcto del idioma, es frecuente encontrar más de un «desliz» que no tendría por que ser tolerado.
Pasaron los meses, y un blog peruano llamado Acentos Perdidos, llamó mi atención y no lo pude reportar en la mesa de Café Taipá, aunque en la blogósfera peruana ya empezaba a sonar. Ha pasado el tiempo, y esta iniciativa resultó tener un alcance continental, por una propuesta iniciada en México, que junto a la versión local y otra de Argentina, se encarga de reportar la ausencia de tildes en la infinidad de avisos en las calles de Lima.
Panel de escándalo: Firmado por el Ministerio de Educación y una congresista de la república, este panel que juega con los signos de admiración al antojo del diseñador, y omite la tilde en la palabra «Alcánzalas», circuló en las redes sociales hasta terminar en la televisión abierta, donde Cenaida Uribe, congresista que suscribe la propaganda, tuvo que dar explicaciones, y anunció el retiro de esta vergüenza en las calles de Lima.
Lo mejor de esta iniciativa que nace en la web 2.0 es que se está haciendo precisamente lo que Rahaf Harfoush, estratega de la campaña online de Barack Obama nos dice: usar la plataforma online para generar acciones offline. Y es que hace una semana por Facebook, se lanzó la Tildetón, una convocatoria abierta para salir a las calles y poner literalmente las tildes, ahí donde hagan falta.
Sígan la iniciativa de Acentos Perdidos, y colaboren también reportando lo que encuentren en la calle, para que cada vez los peruanos escribamos mejor.
Un acento «no perdido».
Muchos han criticado este logo de Telefónica -próximo a ser reemplazado por Movistar que será la nueva marca global-, porque supuestamente no tiene la tilde en la vocal «o», siendo una palabra esdrújula. Les comento que hay argumentos para demostrar que lo citado no es un error.
– El acento está sugerido por el corte que hay en la vocal «o» y que es señalado por la punta superior de la letra «f». Éste punto no es un detalle de diseño y nada más, sutilmente se está señalando la acentuación. Ver además que la vocal «a» no tiene ese corte superior, por lo que su función en la letra «O» tiene un porqué.
– La marca Telefónica es global y no solamente para el mundo hispano, por lo que el diseño probablemente evitó la acentuación marcada para que el nombre valga en sí mismo, y no sea susceptible de traducción.
– Hay nombres como Jessica, Yesica, Janett, Janeth, etc. que no se consideran mal escritos, porque hay una licencia en las denominaciones específicas. Imagínense a las personas cuyos padres no tenían idea de como se escribía su nombre y lo registraron tal cual les sonaba, ¿deberían pensar que su nombre es un error con el que tendrán que cargar toda la vida?
Por ello, se deben permitir licencias en la denominación de una marca, pero no en el de la redacción publicitaria, que tiene en el eslogan ya una frase que no debería tener disuclpa, y donde ya podríamos empezar a buscar esos acentos perdidos…
Su primer rumbo fue el de la ingeniería y, aunque cambió de dirección hacia su verdadera pasión, la publicidad, el aprendizaje en las aulas de Estudios Generales Ciencias de la PUCP fue clave para su trabajo en estrategias.
En 1997 se gradúa como publicista en el IPP, y luego decide terminar también su carrera universitaria como comunicador en la PUCP (2001). Trabajó en tan diversas áreas de la comunicación que la mejor manera de integrarlas fue a través de un máster en Dirección de Comunicación en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (2007), donde desarrolló aún más sus habilidades de interacción con diferentes públicos.
Tras su experiencia como Director Online en Llorente & Cuenca, y Jefe del Canal Virtual de Claro Perú -puestos a los que llegó por el trabajo en su blog, CAFÉ TAIPÁ- decidió lanzar su propia consultoría desde abril del 2012, con el mismo nombre.