¿Qué está pasando con Blancanieves de Disney? La inclusión forzada y otros errores que impactan en su reputación
La nueva versión live-action de Blancanieves de Disney, que tuvo una inversión de más de 270 millones de dólares, llegó hace poco a las pantallas prometiendo modernidad, diversidad y una princesa empoderada. Pero esta vez, Blancanieves sí mordió la manzana… y no de la mejor forma. La película terminó siendo un claro ejemplo de lo que ocurre cuando una historia clásica pierde su esencia, desconecta con sus audiencias y proyecta mensajes que contradicen la magia que ha hecho de Disney un ícono global.
El resultado: críticas demoledoras, memes virales, salas semivacías en su primer fin de semana y uno de los debuts más bajos en taquilla para un remake de Disney en EE.UU . Según reportes, el estreno de Blancanieves recaudó aproximadamente USD 87,3 millones a nivel mundial —USD 43 millones en EE.UU. y 44,3 millones en otros mercados—, una cifra muy por debajo de lo esperado.
Un caso que evidencia cómo Blancanieves de Disney impactó su reputación al no gestionar de forma preventiva la narrativa y el contexto desde la estrategia creativa, sino después del lanzamiento. Por eso, aplicamos el modelo de las 6 claves del marketing de reputación de Café Taipá para entender que fue lo que salió mal… y cómo evitar situaciones similares.
El estreno de Blancanieves y la polémica que generó ruido a nivel mundial
Desde que la versión live action de Blancanieves de Disney se anunció, generó gran controversia en la opinión pública. Los siete enanitos se reemplazaron por criaturas generadas por CGI, sin incluir actores con enanismo, algo que se percibió como una forma de exclusión. La decisión fue, en parte, motivada por las declaraciones del actor Peter Dinklage, quien criticó la historia original por perpetuar estereotipos hacia las personas con enanismo.
«Me sorprendió un poco que estuvieran tan orgullosos de elegir a una actriz latina como Blancanieves. Pero siguen contando la historia de ‘Blancanieves y los siete enanos’. Que den un paso atrás y miren lo que están haciendo. Para mí no tiene sentido«
Sin embargo, sus palabras también generaron división dentro de la comunidad actoral: varios intérpretes expresaron que, si la historia se mantenía, Disney pudo haber contado con personas reales para esos roles. Incluso algunos actores con acondroplasia que prestaron sus voces a los personajes, pero no fueron considerados para interpretarlos físicamente.
Rachel Zegler, la actriz protagonista, también generó controversia al declarar que el cuento original le parecía “raro” y que su personaje no necesitaría ser salvado por un príncipe. Estas declaraciones fueron percibidas como un desprecio hacia el legado de la historia original. Además, tanto ella como Gal Gadot —quien interpreta a la madrastra— estuvieron envueltas en polémicas fuera del set: Zegler fue señalada por su actitud distante con los fans y Gadot recibió fuertes críticas en redes por sus declaraciones públicas a favor del gobierno israelí en medio del conflicto con Palestina.
A esto se sumó un nivel de producción que dejó mucho que desear, especialmente en lo visual. Memes y parodias compararon los efectos especiales con productos de bajo presupuesto, y el hashtag #NotMySnowWhite se volvió tendencia mundial.
Blancanieves a través de las 6 claves del marketing de reputación
1. Cultura corporativa: la falta de coherencia con los valores
Disney se ha posicionado durante décadas como “el lugar más feliz del mundo” y promotor de la magia, los sueños y la conexión emocional con públicos de todas las edades. Su misión corporativa declara que busca ser “una de las principales empresas de entretenimiento y medios del mundo, con el compromiso de crear experiencias que inspiren y conecten con personas de todo el planeta”. Entre sus valores, destacan la inclusión, la creatividad y el legado. Sin embargo, esta nueva versión de Blancanieves, no está alineada con esa promesa. Lo que debía ser una historia que celebre la diversidad terminó excluyendo actores con enanismo, y evidenciando una inclusión forzada al tener como protagonista a una actriz latina que no guarda mucha relación con el personaje original.
2. Blancanieves de Disney: análisis de reputación y percepción de su audiencia
La reacción del público fue inmediata: críticas severas y memes virales. Las cifras en taquilla no respaldaron el esfuerzo creativo, pero más allá de eso, lo que quedó golpeado fue el relato reputacional de Disney como marca líder en contenidos familiares. Además, Rachel Zegler, la actriz que interpreta a Blancanieves, fue duramente cuestionada por sus declaraciones y su actitud ante la prensa y los fans. Gal Gadot, por su parte, recibió críticas por sus discursos políticos en favor del gobierno israelí en un contexto de alto conflicto. En conjunto, estos factores hicieron de Blancanieves de Disney un caso de gestión de reputación fallida.
3. Conocimiento del contexto social, político y económico: la Blancanieves «Woke»
Un mensaje de inclusión mal ejecutado, puede tener consecuencias severas. El concepto de “inclusión forzada” ha ganado fuerza como argumento en discursos conservadores, especialmente impulsados por figuras como Donald Trump, que han construido una narrativa en contra de las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI). Al presentar una Blancanieves que busca ser inclusiva, pero sin bases sólidas ni criterio narrativo, Disney terminó alimentando el discurso anti-woke. Este caso se convierte en un ejemplo de cómo, sin una lectura clara del contexto político y cultural, incluso las buenas intenciones pueden ser utilizadas en contra de la propia marca.
4. Relación con stakeholders: trabajar con perfiles no alineados
La elección de actores y voceros para una marca como Disney no debe ser solo un tema de talento, sino de alineación con sus valores. Las marcas hoy comparten su reputación con quienes las representan. La falta de sensibilidad para prever cómo se percibirían ciertos perfiles, tanto dentro como fuera del set, evidencia una gestión débil de los stakeholders clave. Además, la decisión de no incluir personas con enanismo en pantalla y limitar su participación a voces fue vista como una exclusión simbólica. Aquí falló la capacidad de Disney para involucrar a comunidades relevantes de forma auténtica y respetuosa.
5. Community Power: la comunidad hace escuchar su voz
Los fans de Disney son apasionados, comprometidos y emocionalmente conectados con las historias que marcaron su infancia. Y el live action de Blancanieves no cumplió con sus expectativas. La comunidad no solo reaccionó con desagrado, sino que amplificó los errores a través de memes, videos, artículos y hashtags como #NotMySnowWhite.
6. Escucha Activa Inteligente: quedarse callado ya no es una opción
El silencio frente a las críticas actuales y la falta de una narrativa de reparación solo confirman que la escucha activa no basta si no se transforma en acciones visibles. En un entorno de conversación digital en tiempo real, no responder es también una forma de comunicar y no siempre la más efectiva. Ante el rechazo de los usuarios, la marca debe tomar iniciativas para cuestionamientos similares en próximas entregas.
Coherencia, reputación y control del mensaje: lo que Blancanieves de Disney nos enseña
El caso de Blancanieves de Disney demuestra que incluso las marcas más queridas pueden ver afectada su reputación si no actúan con estrategia, coherencia y escuchan a su audiencia. No fue solo un problema creativo, sino un caso claro de desalineación entre lo que la marca dice que es… y lo que el público percibe que hace.
Este caso deja aprendizajes clave para cualquier marca que aspire a construir reputación con propósito. En primer lugar, la coherencia entre los valores declarados y las acciones visibles es un NO negociable. Además, los voceros no solo deben representar bien a la marca, sino también estar alineados con su propósito y contar con preparación adecuada para comunicarlo. Modernizar una historia es válido, pero hacerlo a costa de su esencia puede desconectar emocionalmente a la audiencia. A ello se suma la importancia de escuchar activamente a la comunidad, entendiendo que no es solo un grupo de consumidores, sino un activo reputacional poderoso. Y finalmente, la reputación no se protege con reacciones tardías: se anticipa, se planifica y se gestiona con estrategia desde el primer momento.
Desde la mirada de consultoría, este caso demuestra por qué la gestión de reputación no puede ser solo reactiva. Por eso, en Café Taipá, ayudamos a las marcas a construir y proteger su reputación desde un enfoque preventivo. Nuestro servicio de gestión de reputación acompaña a líderes de marketing y comunicación en el diseño de campañas, elección de voceros y toma de decisiones clave que pueden impactar —positiva o negativamente— la percepción pública. Porque cuidar tu reputación no es solo evitar crisis. Es construir con coherencia, propósito y estrategia desde el primer paso. ¿Nos tomamos un café?

Licenciada en marketing por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), con mención en marketing digital.
Tiene más de 3 años de experiencia en sectores de consumo masivo, minería, retail, banca y transporte, desempeñando estrategias de marketing, comunicación digital, marketing de contenidos, gestión con influencers y manejo de crisis.