Es el Día del Amor y la Amistad, el Día de San Valentín, el día más amoroso por excelencia y el Presidente de México Enrique Peña Nieto se unió a la ola de mensajes positivos, en pleno ambiente electoral y a escasos meses de dejar el puesto que ha mantenido a lo largo de casi 6 años rodeado de múltiples acusaciones de corrupción sobre él y su círculo cercano, logros poco notorios y un sinnúmero de equivocaciones que lo han puesto como blanco de ataques en redes sociales.
A primera hora de la mañana del 14 de febrero de 2018, el presidente de México (o lo que es lo mismo, quienes gestionan sus redes) subió una imagen a su fanpage en Facebook dedicando unas palabras emotivas a su esposa Angélica Rivera:
A primera vista podría parecer una simple acción de comunicación para contribuir a generar activos positivos alrededor de la imagen del presidente, una publicación romántica, personal, cercana… en un esfuerzo con el que es inevitable recordar a la pareja soñada y admirada en todo el mundo formada por Barack y Michelle Obama. Y todo iba, por decirlo de alguna forma, “bien”; sin embargo, el equipo asesor de comunicación de Peña Nieto tomó una decisión que causó revuelo y llegó a ser noticia en los principales medios masivos y en otras redes sociales: Enrique decidió contestar los mensajes que usuarios comentaron en la foto.
Para muchos, esta reacción trajo frescura y dejó de lado las formalidades, para otros resultó acto afanoso y desafortunado por acercarse a los ciudadanos, en mi opinión destaco lo siguiente:
- Un esfuerzo creativo sin mucha estrategia: dada la desaprobación de Enrique Peña Nieto que, según el sondeo de Pew Research Center de 2017, es de un 69% entre los mexicanos, se debe mantener bajo mucho cuidado y visión estratégica reputacional la ejecución de acciones ingeniosas para generar proximidad en activos digitales de personas. Enrique Peña Nieto no se ha caracterizado por ser hombre cercano y cuando intenta ser relajado en sus discursos tiende a cometer equivocaciones que se convierten en alimento de burlas y memes. Aprovechar las respuestas para mencionar mensajes clave, es astuto pero arriesgado con un personaje como él.
- Demasiado tarde, Game is Over: EPN ya va de salida, después de un sexenio de malas decisiones, de cientos de errores cometidos – no solo de comunicación –, de discursos mal encauzados, alguien tuvo la maravillosa idea de reaccionar en redes como lo hacen los “millenials”… Error, la reputación de Peña Nieto le precede, no es el momento de hacer estos cambios bruscos en su andar digital; no significa que no fuera buena idea responder, sino que la respuesta debería alinearse más al estilo al que nos tiene acostumbrados – aunque no nos guste –, que por mucho son formales y serias. Si fuera otra persona, el no darle permiso a su hija para salir con un enamorado en 14 de febrero hubiera sido muy gracioso.
- EPN no es Barack ni Angélica es Michelle: Barack Obama dedica un mensaje de amor con una foto en Instagram, natural, sin poses y que no parece de estudio a su esposa Michelle, ella crea una lista de reproducción en Spotify con música romántica a su “one and only”. Eso es una estrategia alineada y creativa. Cuando la situación se le presenta a una figura que no tiene ese encanto (como Enrique Peña Nieto) con su audiencia principal, los ciudadanos, es mejor no arriesgarse, pues como sucedió deriva en una razón más para la risa.
En esa línea, lo que no debe dejarse de lado es que cada acto que se realice con la imagen del principal representante de un país debe estar cuidada detalladamente y alineada a objetivos claros. Sin ánimo de ser negativa ante una reacción inusual en la estrategia digital del presidente, y para que saliera “un poco mejor” de lo que les salió, hubiera recomendado grabar un video donde se viera que realmente Enrique Peña Nieto estaba respondiendo esos mensajes, aunque estuviera asesorado, para darle mayor credibilidad, y de ser posible con su esposa al lado.
P.D. Yo me hubiera ahorrado la respuesta del emoji corazón.