Un segundo análisis del periodismo desde las filas del Marketing.
Trabajar en «Entre Líneas», con muchos de mis compañeros de promo de la PUCP, fue también gratificante. Casi todos acabábamos de dejar las aulas, y ya entrábamos de frente a la cancha, vía Canal N, comandados por una periodista reconocida por lo incisiva que era, por varias investigaciones importantes que había hecho, y el reglaje que se le había aplicado por ofuscar al régimen del Chino.
Como comenté en el oportuno post de Godoy, hace un par de días, no daré juicios de valor sobre Chichi, y comprendo el silencio de Ocram. Porque muchos juzgan por la coyuntura, pero hay quienes, por la experiencia vivida, tenemos más cosas que poner en la balanza, y lo mejor es guardar reserva a pesar de la incertidumbre, por un tema de lealtad a quien en su momento nos dio una oportunidad.
Sin embargo, lanzo algunos comentarios desde mi campo natural: el del marketing, porque sí creo que lo sucedido con «La Ventana Indiscreta», es aleccionador para todos. Lamentablemente, como muchos han dicho, hemos tenido el ejemplo de lo que no se debe hacer en periodismo… y tampoco en el marketing. Aquí 5 notas para tomar en cuenta, que espero puedan servir para la reflexión.
1. El perfil del periodista, su credibilidad, su tendencia política y su estilo al informar, lo definen como un producto, y por tanto supone también la formación de un grupo objetivo que lo seguirá. En el tiempo toda las personas cambiamos, evolucionamos, podemos inclusive contradecirnos en ideas que teníamos antes, pero dependiendo de qué cambios se den, puede variar la percepción de nuestro target, y podríamos perderlo. Miren a César Hildebrandt, parece un «contreras» absoluto, y seguramente alguna vez se ha contradicho pasados los años y ha cambiado alguna postura, pero en lo esencial, es el mismo que todos conocemos, a eso se debe su alta credibilidad, y el respeto que le tiene la mayoría.
Esta entrevista marcó un antes y un después. Y pensar que 7 años atrás, Cecilia vínculaba a Alan García con Montensinos.
4. Dejar la señal de cable, con la libertad que ofrece, con el público más segmentado que tiene, para pasar a señal abierta, es sin duda un retor mayor, pues el rating se convierte en un verdugo, se quiera o no. Digamos que a la fórmula original, se le tiene que agregar un «poquito de Ferrando» o sea dar «lo que le gusta a la gente». Pero ojo, «la gente» es el televidente, no el dueño del canal, y menos el Presidente. No tener en cuenta esto, hace perder completamente la esencia del producto, es como darle un color naranja a la Inca Kola y querer que todos la sigan comprando. La señal abierta supone sacrificios, pero nunca poner en riesgo lo más importante del producto.
Y nada. Este café salió largo. Complicado hablar desde mi posición, pero quería hacerlo. También habla el televidente aquí, y habla un constante aprendiz del periodismo, que considero una carrera apasionante, mis crónicas en La Vanguardia, de hecho son un intento constante para ir creciendo. Pero siguiendo la reflexión 1 y 4, debo ser consecuente conmigo mismo y mi esencia, por ello mi análisis desde el marketing, porque si lo perdemos de vista, no habrá publicidad que nos venda.
Su primer rumbo fue el de la ingeniería y, aunque cambió de dirección hacia su verdadera pasión, la publicidad, el aprendizaje en las aulas de Estudios Generales Ciencias de la PUCP fue clave para su trabajo en estrategias.
En 1997 se gradúa como publicista en el IPP, y luego decide terminar también su carrera universitaria como comunicador en la PUCP (2001). Trabajó en tan diversas áreas de la comunicación que la mejor manera de integrarlas fue a través de un máster en Dirección de Comunicación en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (2007), donde desarrolló aún más sus habilidades de interacción con diferentes públicos.
Tras su experiencia como Director Online en Llorente & Cuenca, y Jefe del Canal Virtual de Claro Perú -puestos a los que llegó por el trabajo en su blog, CAFÉ TAIPÁ- decidió lanzar su propia consultoría desde abril del 2012, con el mismo nombre.
Lo que me ha terminado de convencer de tu post es que por fin leo a alguien cercano a la Valenzuela (cercano porque trabajaste con ella y de hecho la conoces mejor que muchos y le debes algún agradecimiento) reconocer que Ugaz (que muy bien no me cae) trapeó no sólo el set de La Ventana si no también el edificio completo de canal 2 con ella. Vi la entrevista y nunca entendí su obstinación en cerrarse en algo que tenía todas las de perder (muchas de las respuestas de Ugaz ya habían sido dadas en la comisión del congreso y a pesar de eso ella insistió). Es raro, ella critica a Rospigliosi por lo mismo (su dogmatismo, su cerrada posición en un argumento a pesar de no tener la razón) y haciendo exactamente lo mismo.
Además demostró su piconería de chibola resentida al lanzarle tan ofensivo adjetivo a Rosa María Palacios que le ganó en buena ley.