La Ventana Indiscreta, entre líneas

Un segundo análisis del periodismo desde las filas del Marketing.

La Ventana Indiscreta se cierra, pero el anuncio de Cecilia no fue el correcto. Opinión unánime de una teleaudiencia que hasta hace un par de años la seguía.Cuando estudié publicidad, nunca pensé que en algún momento sería productor y coodinador periodísitico en un canal de televisión, y que esa experiencia definiría aún más el interés constante que he tenido por la comunicación política, como hasta ahora. Formar parte de AgenciaPerú -prácticamente desde sus inicios- fue una experiencia inolvidable e importante en mi formación profesional como comunicador, y guardo buenos recuerdos de esos tiempos en los que «la casa de AgenciaPeru» era un pequeño departamento en la calle Diez Canseco, en Miraflores, en el que se respiraba periodismo por todas partes. A veces me sentía un invitado, viniendo de las canteras del marketing y la publicidad, pero le sacaba provecho a la experiencia.

Trabajar en «Entre Líneas», con muchos de mis compañeros de promo de la PUCP, fue también gratificante. Casi todos acabábamos de dejar las aulas, y ya entrábamos de frente a la cancha, vía Canal N, comandados por una periodista reconocida por lo incisiva que era, por varias investigaciones importantes que había hecho, y el reglaje que se le había aplicado por ofuscar al régimen del Chino.

Como comenté en el oportuno post de Godoy, hace un par de días, no daré juicios de valor sobre Chichi, y comprendo el silencio de Ocram. Porque muchos juzgan por la coyuntura, pero hay quienes, por la experiencia vivida, tenemos más cosas que poner en la balanza, y lo mejor es guardar reserva a pesar de la incertidumbre, por un tema de lealtad a quien en su momento nos dio una oportunidad.

Sin embargo, lanzo algunos comentarios desde mi campo natural: el del marketing, porque sí creo que lo sucedido con «La Ventana Indiscreta», es aleccionador para todos. Lamentablemente, como muchos han dicho, hemos tenido el ejemplo de lo que no se debe hacer en periodismo… y tampoco en el marketing. Aquí 5 notas para tomar en cuenta, que espero puedan servir para la reflexión.

1. El perfil del periodista, su credibilidad, su tendencia política y su estilo al informar, lo definen como un producto, y por tanto supone también la formación de un grupo objetivo que lo seguirá. En el tiempo toda las personas cambiamos, evolucionamos, podemos inclusive contradecirnos en ideas que teníamos antes, pero dependiendo de qué cambios se den, puede variar la percepción de nuestro target, y podríamos perderlo. Miren a César Hildebrandt, parece un «contreras» absoluto, y seguramente alguna vez se ha contradicho pasados los años y ha cambiado alguna postura, pero en lo esencial, es el mismo que todos conocemos, a eso se debe su alta credibilidad, y el respeto que le tiene la mayoría.

Reflexión 1: El periodista -visto como un producto- debe ser consecuente consigo mismo en el tiempo.2. Un programa periodístico tiene en su conductor-director a su principal pilar, pues éste le transmite su personalidad e imagen. Por eso no es lo mismo ver a Sol Carreño en vez de Rosa María Palacios en «Prensa Libre» -siendo Sol una periodista muy correcta-. Y tampoco será lo mismo ver al respetable Santiago Pedraglio en vez de Jaime de Althaus. Ojo, no analizo líneas editoriales, sólo la imagen de un periodista reflejada en su programa.

Reflexión 2: La imagen del conductor del programa repercutirá directamente en el éxito del mismo, y en un rápido desenlace si el rating no responde. En canal de señal abierta, los puntos determinan de todas maneras.

Esta entrevista marcó un antes y un después. Y pensar que 7 años atrás, Cecilia vínculaba a Alan García con Montensinos.

3. En un programa periodístico de reportajes, los reporteros serán también parte importante, y deben tener su espacio ¿Recuerdan a «La Revista Dominical» en la segunda mitad de los 90? La figura de Lúcar era importante, pero nombres como Beto Ortiz, Bruno de Olazabal, María Laura Rey, entre otros, sonaron y destacaron. Ahora mismo, viendo «Prensa Libre», también Rosa María destaca mucho a sus reporteros. Reconocer los créditos es importante, y tanto en «La Ventana Indiscreta» como en «Entre Líneas» así se hizo, pero me pregunto -y esta es una propuesta personal- si no hubiera ayudado darles un poco más de pantalla a los reporteros para que nombres como María Isabel Torres y Silvia Cuevas, por ejemplo, suenen tanto como Isabel Rengifo a quien todos vemos día a día presentada en «Prensa Libre».
Reflexión 3: La imagen de un programa de reportajes, también se verá potenciada por la imagen de sus reporteros.

4. Dejar la señal de cable, con la libertad que ofrece, con el público más segmentado que tiene, para pasar a señal abierta, es sin duda un retor mayor, pues el rating se convierte en un verdugo, se quiera o no. Digamos que a la fórmula original, se le tiene que agregar un «poquito de Ferrando» o sea dar «lo que le gusta a la gente». Pero ojo, «la gente» es el televidente, no el dueño del canal, y menos el Presidente. No tener en cuenta esto, hace perder completamente la esencia del producto, es como darle un color naranja a la Inca Kola y querer que todos la sigan comprando. La señal abierta supone sacrificios, pero nunca poner en riesgo lo más importante del producto.

Reflexión 4: Si vamos a explorar nuevos mercados, no debemos abandonar nuestra esencia, que fue la que nos hizo crecer.

Sin duda, la entrevista que terminó con La Ventana Indiscreta. José Ugaz, a punta de un argumento tras otro, dejaba sin piso a los argumentos de Cecilia Valenzuela. Teniendo o no la razón, la imagen que dio el ex Procurador fue determinante para dejar mal parada a su entrevistadora.
5. Cuando estuve en España, recuerdo que me sorprendió muchísimo el video de la inauguración de la Casa de AgenciaPerú, en Barranco. Realmente, me dio mucho gusto, que uno de los sueños de Chichi y seguro de buena parte del equipo se empiece a hacer realidad. Sin embargo, sentí cierta desazón al ver a tantos políticos, pero no de todos los bandos, como creo que debió ser, tal vez la edición no fue la mejor pero al menos así lo recuerdo. Luego se lanzaron los cursos de la Escuela de AgenciaPerú y realmente todo fue muy auspicioso, salvo un detalle: El programa iba a pasar solamente a los lunes, y el rating empezaba a ser adverso. Y bueno, si La Ventana Indiscreta no vende, por default, ninguno de los productos asociados a ella venderá. Y si los reporteros serán los profes, y no tienen el peso mediático debido, pues qué les puedo decir.
Reflexión 5: La extensión de la línea de productos será un éxito siempre que la marca madre mantenga la preferencia del mercado.

Y nada. Este café salió largo. Complicado hablar desde mi posición, pero quería hacerlo. También habla el televidente aquí, y habla un constante aprendiz del periodismo, que considero una carrera apasionante, mis crónicas en La Vanguardia, de hecho son un intento constante para ir creciendo. Pero siguiendo la reflexión 1 y 4, debo ser consecuente conmigo mismo y mi esencia, por ello mi análisis desde el marketing, porque si lo perdemos de vista, no habrá publicidad que nos venda.

 

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1 comentario en “La Ventana Indiscreta, entre líneas”

  1. Lo que me ha terminado de convencer de tu post es que por fin leo a alguien cercano a la Valenzuela (cercano porque trabajaste con ella y de hecho la conoces mejor que muchos y le debes algún agradecimiento) reconocer que Ugaz (que muy bien no me cae) trapeó no sólo el set de La Ventana si no también el edificio completo de canal 2 con ella. Vi la entrevista y nunca entendí su obstinación en cerrarse en algo que tenía todas las de perder (muchas de las respuestas de Ugaz ya habían sido dadas en la comisión del congreso y a pesar de eso ella insistió). Es raro, ella critica a Rospigliosi por lo mismo (su dogmatismo, su cerrada posición en un argumento a pesar de no tener la razón) y haciendo exactamente lo mismo.

    Además demostró su piconería de chibola resentida al lanzarle tan ofensivo adjetivo a Rosa María Palacios que le ganó en buena ley.