Impresionante. En menos de un mes, el universo del microblogging tuvo dos terremotos que lo cambiaron todo. El primero, el lanzamiento de Threads a inicios de julio, terminó siendo un simulacro de sismo, realmente. Solo tuvo que pasar una semana para que la llamada «amenaza de Twitter» se empezara a desinflar. Pero ya, hacia finales de mes, el mismo Elon Musk oficializaría la muerte literal de la plataforma de los trinos, al lanzar X, con un rebranding que solo es la antesala a un cambio estructural. Nos guste o no, X y Threads marcan el nuevo escenario.
El breve momento de Threads
El 10 de julio, tras 5 días de su lanzamiento, Threads había alcanzado la cifra récord de 100 millones de usuarios, ni Chat GPT logró tanto. Medio mundo Twittero -que tenía cuenta en Instagram- voló a Threads.
La acción aventurada de Mark Zuckerberg parecía dar frutos, y vaya que la primera impresión era auspiciosa: había un nuevo espacio de microblogging parecido a Twitter.
Pero, a los pocos días, la desilusión para los twitteros se empezó a manifestar porque había dos grandes grupos de usuarios, con expectativas bastante diferentes, que se encontraron en el mismo lugar.
- Por un lado, estaban todos quienes eran heavy users de Instagram, independientemente si tenían un grado alto de influencia o una muy numerosa comunidad. Muchos de ellos probablemente llegaron con la expectativa de la curiosidad, y pasaron de una realidad audiovisual, a una donde el texto prima, tal como pasaba en Twitter.
- El segundo grupo, sin duda, son los que venían en «modo exiliados», o tal vez migrantes, gracias a los antojos sin brújula de Elon Musk. Les causó ilusión encontrar una plataforma que se parecía a Twitter, con la expectativa de que pronto iba a tener todas sus funcionalidades. Pero, pasaron las horas y los días, y más vieron publicaciones de quienes no conocían, y que venían justamente del primer grupo, sin la carga más reactiva y crítica de Twitterland.
Sobre lo dicho, comparto algunas reflexiones que te pueden ayudar a proyectarte al mediano plazo, sobre qué pasará con X y Threads.
La realidad de X
Quienes hemos crecido con Twitter y aprovechamos buena parte de su potencial, vimos a lo largo del 2023, cómo Elon Musk fue quitándole la esencia de a pocos. Era muy curioso que, queriendo hacer rentable la plataforma, haya aplicado medidas que provocaron el rechazo general. Cuando Musk le quitó la insignia verificada a los perfiles con más influencia y autoridad, y buscó «democratizar» la insignia -previo pago-, perdió a referentes de comunidades. Eran nodos que, ahora mismo, podrían ser su soporte.
El miércoles 5 de julio, hubo un aparente golpe para Twitter, cuando un mar de contactos probó con Threads. Pero a los pocos días se dieron cuenta de que más parecía «el Twitter de los instagramers» que el espacio donde se pueden debatir ideas, posiciones, y se puede ver realmente la representación de la polarización del mundo. Twitter, aunque desnaturalizado, con una limitación fuerte al alcance de las publicaciones -salvo que haya pago-, todavía era la opción.
Hay una ventaja de Twitter que conserva X y que a Threads le costará igualar: Los diferentes stakeholders -si usamos términos corporativos-, que siempre han estado activos, cada uno en su rol. El periodista como tal, lo mismo el político, el deportista, el artista, el profesional de alguna especialidad, en fin. Esta característica bastante cualitativa, que diferencia aún a X, es el gran reto a superar en el futuro de Threads, donde no importará el número de usuarios, sino lo cualitativo de ellos, y la faceta en la que se manifiesten.
De todas maneras, ya Musk anunció que X tendrá poco que ver con lo que conocimos de Twitter. La nueva app será multifuncional y transaccional. Realmente me pregunto ¿de qué le servirá el activo original, la comunidad de twitteros cuando hará tantos cambios? ¿O buscará mantenerlos cautivos para que puedan probar «las bondades» que seguramente pronto veremos en X?
¿La oportunidad ya está perdida para Meta?
Definitivamente, lanzar Threads, a través de Instagram, para ganar rápidamente millones de usuarios en horas, fue una medida que al inicio cuestioné. Si querías ser la competencia de Twitter, no iba a ayudar que tus nuevos usuarios lleguen con el sombrero de instagramers. Y parece que ello marcó mucho lo que pasó en adelante. Sumándole que funcionalidades importantes de Twitter, como las tendencias o los mensajes directos, no estaban habilitadas como hasta ahora.
Solo a la segunda semana de su lanzamiento, ya Threads había pasado de los 49 millones de usuarios activos a solo 23 millones. Y el tiempo de permanencia en la aplicación pasó de 21 a 6 minutos. Estos datos publicados en similarweb, ya advertían que la acción de Meta, con su nueva aplicación, caía tan rápido como se disparó.
Personalmente, creo que la fórmula para Mark Zuckerberg no es compleja, si quiere aún tener a Threads como el refugio de los ex Twitteros, debe aplicar tecnología de lo obvio. A costa de perder a la comunidad que viene de Instagram, probablemente, pero ello no debería importar mucho. La plataforma principal de audio y video, sigue ahí, robusta.
Así como Zuckerberg contrató a Paul Adams en el 2011, quien venía Google+ donde creó los famosos círculos que marcaron una competencia por fin relevante para Facebook, donde rápidamente se implementó lo mismo; igual debería pasar con Threads y los ex trabajadores de Twitter por los que Musk reclamó.
Si X rompe las últimas funcionalidades de lo que era Twitter, para dejar de ser el espacio reactivo de buena parte de la sociedad, Threads podría ser una opción. Siempre que no sea más la versión «amor y paz» que, por la naturaleza de Instagram, la define hasta ahora.
Mi conclusión
La caída de Twitter es trascendental, sin duda. Muchos definimos el paso a X como un rebranding y será mucho más que ello. Lo que Musk proyecta como una super app, no pasa de ser hasta ahora una incógnita que, en el camino, aún cuenta con los, otrora, twitteros, aferrados a lo que fue el espacio más político y social de todos. Polémico, también es cierto.
Pero, sin duda, no hay plataforma que haya puesto en ciernes a políticos, ejecutivos, artistas, y que además haya sido el espacio de grandes eventos ciudadanos. Todo ello al margen de los trolls, perfiles falsos a montones, y el bullying digital que también caracterizó a Twitter.
Para el campo de los riesgos reputacionales, la caída de Twitter es un respiro. La red más reactiva de todas ha perdido fuerza, ahora muchas crisis ya se originan en TikTok e inclusive LinkedIn, pero qué duda cabe que Twitter deja un espacio que si no lo toma Threads adoptando las principales funcionalidades, no será reemplazable por otra app actual. Y la comunidad online del mundo habrá perdido.
Su primer rumbo fue el de la ingeniería y, aunque cambió de dirección hacia su verdadera pasión, la publicidad, el aprendizaje en las aulas de Estudios Generales Ciencias de la PUCP fue clave para su trabajo en estrategias.
En 1997 se gradúa como publicista en el IPP, y luego decide terminar también su carrera universitaria como comunicador en la PUCP (2001). Trabajó en tan diversas áreas de la comunicación que la mejor manera de integrarlas fue a través de un máster en Dirección de Comunicación en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (2007), donde desarrolló aún más sus habilidades de interacción con diferentes públicos.
Tras su experiencia como Director Online en Llorente & Cuenca, y Jefe del Canal Virtual de Claro Perú -puestos a los que llegó por el trabajo en su blog, CAFÉ TAIPÁ- decidió lanzar su propia consultoría desde abril del 2012, con el mismo nombre.