La integridad como cultura y acción de las empresas

Ayer inició el CADE Ejecutivos 2018 con el lema Liderazgo empresarial por un Perú moderno, evento que busca impulsar a los empresarios a ejercer un mayor liderazgo, promoviendo la integridad, la competitividad, la sostenibilidad como las bases necesarias para hacer del Perú un país desarrollado.

Una breve encuesta entre los participantes del CADE 2018 mostró que los conceptos más asociados a la Integridad son la Transparencia, honestidad y honradez.

La Integridad es una dimensión clave para la gestión de la reputación y ha sido el valor más afectado por la falta de valores y la corrupción, generando un clima de desconfianza no solo en nuestro país sino a nivel mundial.

De acuerdo a la reciente Encuesta global sobre la integridad en los negocios de EY, el 100% de los ejecutivos encuestados en Perú señala que es importante demostrar que su organización opera con integridad, pero solo el 16% es consciente que hacerlo es su responsabilidad individual.

Lo que más resalta, y que está alineado al concepto en Café Taipá sobre el Marketing de la Reputación, es que los ejecutivos consideran que el actuar con integridad les da una ventaja competitiva. La buena percepción de los clientes (Dimensión Oferta), la buena opinión pública hacia la empresa (Dimensión Ciudadanía), el buen resultado comercial (Dimensión Financiera), así como la contratación y retención de talentos (Dimensión Talento), fueron considerados como los beneficios más importantes muy por encima de los beneficios de evitar sanciones y fiscalizaciones.

En el panel Empresarios por la Integridad de CADE 2018, se dio a conocer iniciativas que se han implementado por parte de algunos ejecutivos y por la CONFIEP.

Oscar Espinosa, Presidente de Ferreycorp, informó que solo el 4% de peruanos cree que las empresas hacen algo para luchar contra la corrupción, según encuesta reciente de Ipsos Perú. Luego, presentó la iniciativa Empresarios por la integridad cuya primera acción concreta es la certificación CERO soborno.


Espinosa destacó que mientras no haya un compromiso personal es difícil que se pueda combatir la corrupción. “Es necesario participar activamente y se debe enfrentar en todos los niveles de la empresa dado que la reputación es un buen negocio para ella.”

Por su parte, Roque Benavides, Presidente de la CONFIEP, informó que la institución ha implementado acciones concretas orientadas para que el sector privado adopte una cultura de integridad. Para ello se ha creado una Consejo Privado Anticorrupción, y los Códigos de Conducta de los gremios asociados a la institución. Benavides resaltó el compromiso del gremio en la lucha frontal contra la corrupción y la promoción de los sistemas de compliance.

Adriana Giudice, Gerente General de Austral Group, compartió los cambios implementados por su empresa, los cuales les permiten actualizar y repensar la integridad junto a sus colaboradores.

La ejecutiva resaltó que la integridad está relacionada con la coherencia y que dentro de las empresas es necesario generar una cultura, un ambiente que se respire desde los líderes hasta los colaboradores más jóvenes de la empresa. “Se deben crear unos indicadores en la plana gerencial que vayan más allá de los financieros. Incluir indicadores de sostenibilidad, ambientales, sociales que sean transversales y definan la cultura, la cual debe bajar en cascada”.

Como conductor de la sesión estuvo Augusto Townsend, Fundador del Comité de Lectura, quien manifestó que la integridad no solo debe considerar la sostenibilidad del negocio, sino también de la institucionalidad del país, la cual es más estructural y está más ligada al beneficio de todos. A través del podcast el resumen de las principales noticias de hoy, difundido en Comité de Lectura, Augusto brinda un comentario especial sobre la corrupción y el rol de los empresarios, a propósito de su participación como moderador.

A pesar de contar con opiniones diversas, el panel coincidió en que los empresarios deben ser más activos en la promoción de una conducta ética entre los individuos y que es necesario una cultura empresarial coherente, que debe ser transmitida por los líderes hacia todos sus stakeholders, tanto internos como externos.

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