El gran porqué de la moda sostenible

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¿Alguna vez te has preguntado quiénes están detrás de la ropa que compras? ¿Qué pensarías si te cuento que algunas de nuestras prendas llevan impresas historias de trabajadores de Camboya, y que el 90% son mujeres que laboran más de 10 horas/día con un pago de 66 dólares/mes? Y que para fabricar una camiseta de algodón de 250 gramos (desde el cultivo de la materia prima hasta la industrialización) se estima el uso de 2,900 litros de agua. Preocupante, ¿no?

Captura de pantalla 2015-06-30 a las 11.56.36Mejor aún, cómo reaccionarías si te digo que existe la Moda Sostenible (MS), un movimiento que tiene como finalidad que todos los involucrados de la cadena de valor de la industria textil, desde el productor hasta el consumidor final, tomen conciencia social y medioambiental con respecto a sus productos, generando el menor impacto negativo. ¿Lo practicarías?

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Proceso para la certificación de moda sostenible “Made in Green” en España.

La ética, la responsabilidad social y la sostenibilidad son conceptos que han llegado a nuestras vidas un siglo después de la Revolución Industrial como respuesta a la violación de los derechos humanos y el desperdicio que hacemos de los recursos naturales. Despojémonos de la idea de que esos conceptos solo aplican para empresas de rubros de alimentos o construcción. Algo está pasando en la industria de la moda y si crees que este no es tu problema, te comento que el simple hecho de comprar una prenda, ya te hace parte de ello. Y si no me crees, te invito a ver el trailer del documental The True Cost del director Andrew Morgan, en el que revela la historia no contada detrás de la ropa que vestimos a diario.

Un caso terrible que sucedió en Bangladesh en el 2013 fue el derrumbe del edificio Rana Plaza, el cual dejó más de 1,100 muertos y 2,000 heridos. Quizá no hubiera sido tan mediática la noticia, si no fuera porque el recinto albergaba 5 fábricas que producían ropa para empresas europeas y norteamericanas.

Esto evidenció las malas condiciones laborales y el coste humano de la industria de la moda, surgiendo organizaciones como Fashion Revolution, la cual busca empoderar al consumidor frente a sus marcas a través de la pregunta: ¿Quién hizo mi ropa?

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Fan pages de Fashion Revolution (arriba) y Fashion Revolution Perú (abajo)

Sin embargo, no todo está perdido. La MS puede sonar a utopía, pero la verdad es que poco a poco ha ido ganando presencia entre diseñadores y marcas de Europa, Estados Unidos y algunos países de Sudamérica. Por ejemplo, Stella McCartney presentó en New York su coleccón Otoño 2014 compuesta en gran parte por lana 100% sostenible. Eligió a Ovis 21, empresa argentina que provee lana producida en el innovador programa Pastoreo Sustentable que ejecuta técnicas y prácticas favorables a las condiciones naturales de la flora y faura sureña, para proteger y regenerar los pastizales de la Patagonia y la región. Ayuda a reducir la desertificación y es un punto menos para el cambio climático.

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Imagen de la Fan page de Stella McCartney

Otro caso para destacar es el de Jessica Alba, actriz y madre preocupada por el cuidado de la salud de sus hijas, quien decidió fundar la empresa eco-friendly The Honest Co valorada en 1 billón de dólares. La empresa ofrece productos libres de químicos tóxicos para bebés y niños, tiene etiqueta ECO, ha obtenido el certificado B Corp y apoya causas sociales. Esta es una muestra más de que los consumidores ya están tomando conciencia y eligen empresas social y ambientalmente responsables. Tal ha sido su acogida, que actualmente Alba figura en el ‘top’ de las mujeres más ricas del mundo por la revista Forbes.

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En el 2011, la línea de ropa Patagonia que utiliza materiales orgánicos y reciclados, y se preocupa de que sean producidos por personas remuneradas y tratadas justamente, sorprendió con la campaña No compres esta chaqueta, difundiéndola a través de emails y el diario New York Times. Su intención fue crear conciencia y recordarnos que estamos usando los recursos de un planeta y medio, cuando solo tenemos uno.

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En el Black Friday de ese año, la marca utilizó la psicología inversa y batalló contra la cultura del consumo, exhortando a sus clientes a reflexionar antes de realizar una compra. Para ello brindó detalles de una de sus chaquetas más vendidas, la R2 (60% poliéster reciclado, cosida cuidadosamente y cumpliendo los más altos estándares de calidad) que requiere 135 litros de agua para su elaboración, lo suficiente para satisfacer la demanda diaria de agua a 45 personas (3 vasos por día).

La campaña creó mucha controversia y no se trató específicamente de una estrategia marketera, sino más bien del propósito de la compañía de vivir en un mundo sostenible, como lo indican los pilares de sus políticas: reducir el impacto ambiental de sus productos, hacer ropa duradera, repararla y reciclarla. Finalmente nos dejó una invitación: “Súmate a la campaña… y acompáñanos en la quinta “R” para reimaginar un mundo dónde solo usemos lo que la naturaleza pueda reemplazar”.

La MS y el Perú

Después de leer estos casos es inevitable pensar cómo se están desarrollando estos temas en nuestro país. La industria textil sigue creciendo a pasos agigantados, debido a la gran demanda de algodón, alpaca, entre otras materias prima. Perú Moda 2015 fue una gran muestra de ello, donde nos visitaron más de 100 compradores internacionales de Italia, Brasil, Estados Unidos, Bolivia, México y Canadá, quienes desarrollaron ruedas de negocio con 200 exportadores peruanos durante 3 días.

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En ese sentido, si el modelo de negocio del sector textil es un caso de éxito, genera puestos de trabajo por cada millón de dólares exportados según ADEX , con mayor frecuencia recibimos marcas extranjeras y está gozando de un notable crecimiento económico, sería interesante preguntarles qué están haciendo por los temas sociales y medioambientales, ámbitos donde su actividad diaria impacta directamente.

Asimismo, debería haber mayor exposición de aquellas marcas y/o diseñadores de ropa que trabajan bajo estándares de calidad ambiental y social, de esta manera los consumidores tendríamos un abanico de opciones más amplio y escogeríamos productos no solo por su beneficio estético, sino porque somos conscientes que agregarán valores intangibles a la sociedad, como el bienestar, el bien común, la estabilidad, la reputación corporativa y una buena imagen. La idea es que todo salgamos beneficiados y no solo unos cuantos.

Susan Wagner es una diseñadora peruana que ha demostrado que se puede hacer MS en el país. En su colección 2014 no solo empleó bordados precolombinos y telas naturales como la gasa, la alpaca y el algodón, sino que también utilizó material reciclado como el PET, fibra que se origina del plástico. De esta manera contribuyó con el reciclaje de 12 mil botellas pequeñas evitando que aproximadamente 144 kilos de plástico terminen contaminando nuestros mares.

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Para acceder a este material, Susan realizó un convenio con L.O.O.P, empresa social que lucha por reducir la contaminación plástica en el Perú, y el 2% de lo que pagó por el PET lo destinaron a la campaña Playas Limpias. Sus creaciones se venden en Perú, Francia, Canadá y USA, y está comprometida con la moda ética, y la captación y mejora en el diseño de textiles en comunidades nativas del país.

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Otro ejemplo es la empresa peruano sueca Bergman Rivera que cultiva algodón orgánico en cooperación con pequeños agricultores quienes poseen tierras en el valle de Cañete. La marca tiene un sistema basado en métodos ecológicos de agricultura, control de plagas y procesamiento de textiles, dando empleo a 435 agricultores en 6 valles del país. Está certificada por el Global Organic Textile Standard (G.O.T.S.), desde el campo hasta las prendas terminadas.

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                                                 Imágenes de la fan page de Bergman Rivera

Seguramente a ellos se suman muchos más diseñadores y marcas de ropa con identidad propia y conciencia ecológica que practican MS y no se han dado cuenta aún; como otras que al leer este Café, se sentirán motivadas a participar en este gran movimiento.

De igual manera, si tú cumples el rol de consumidor final y acabas de decidir dar un cambio a tu estilo de vestir y vivir, o por el contrario, aún no estás convencido. Te dejo algunos beneficios de usar ropa sostenible:

  • No es tóxica. No lastima tu piel ni la tierra porque proviene de cultivos sin pesticidas
  • Se preocupa por el comercio justo, respetando los derechos laborales de las personas
  • Utiliza productos provenientes de animales de manera consciente y libre de crueldad, e incluso existen casos que evitan su uso
  • Se prepara con alta calidad para que su ciclo de vida sea más larga, evitando el impacto ambiental y las compras con mucha frecuencia. Si vas a comprar alguna prenda, asegúrate de que la utilizarás por lo menos 30 veces
  • Practica el reciclaje, la reutilización y el upcycling
  • Fomenta el ingenio y la creatividad
  • Ayuda a los demás, porque al reorganizar tu guardarropa, tienes la opción de donar la ropa que no necesitas a una causa social

En el Perú somos más de 30 millones de habitantes y pocos los que tenemos un sincero y honesto compromiso social. Nuestro país está evolucionando y necesitamos ser más los que apoyemos y practiquemos este tipo de movimientos. ¿Cafetero, te animas a unirte a la revolución de la Moda Sostenible?

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